Paso 2: Conoce los cimientos de un portafolio: las acciones
Descubre el impacto de las acciones en tus inversiones. Este segundo paso te sumerge en el mundo de las finanzas, revelando cómo estas piezas clave construyen tus portafolios. Desde las estables “Blue Chips” hasta las especulativas de crecimiento, explora cómo definir tu estrategia de inversión.
Durante más de 15 años, me he dedicado a acercar a las personas al emocionante mundo de las finanzas e inversiones, convencido de que este conocimiento es esencial para gestionar nuestras finanzas personales con éxito.
En este segundo paso, te hablaré brevemente sobre el tipo de instrumento financiero que utilizaremos en nuestros portafolios: las acciones.
Las acciones representan partes del capital social de una empresa y se emiten cuando estas buscan financiamiento para expandirse.
Emitirlas en el mercado de capitales ofrece una tasa de financiamiento más baja que los créditos tradicionales de bancos u organismos multinacionales, permitiendo obtener capital para proyectos, reestructuración, nuevas unidades de negocio o expansión.
Inicialmente, se emiten en el mercado primario, donde los grandes inversores institucionales adquieren una cantidad significativa, y luego pueden ser revendidas o negociadas en el mercado secundario, accesible para todo tipo de inversores, incluidos los minoristas, a través de la bolsa de valores.
A pesar de ser una inversión riesgosa, a largo plazo es una de las más rentables, ya que las ganancias pueden derivar de la diferencia entre el precio de compra y venta del activo (ganancia de capital) o de los dividendos que las empresas distribuyen a sus accionistas.
Antes de comprar acciones, es clave comprender qué se está adquiriendo, considerando el potencial de crecimiento, dividendos, desempeño financiero, posición en el mercado y proyección futura de la empresa.
Además, es importante diversificar la cartera de inversiones para reducir riesgos y maximizar oportunidades de ganancias.
Existen diferentes tipos de acciones, como las “Blue Chips”, estables y líquidas; las Defensivas, que ofrecen dividendos constantes; y las de Crecimiento, más especulativas.
Las acciones “Blue Chip” se distinguen por pertenecer a empresas con valores bursátiles estables y alta liquidez.
Consideradas como las estrellas del mercado, estas acciones representan un bajo riesgo financiero y presentan poca volatilidad, ya que las empresas que las emiten generalmente no necesitan grandes ampliaciones de capital.
Por otro lado, las acciones Defensivas, ya sean de Dividendos o Preferidas, ofrecen un perfil más estable de inversión.
Las acciones de Dividendos proporcionan dividendos de forma recurrente, incluso en momentos de dificultad económica, mientras que las acciones Preferidas ofrecen a los accionistas preferencia en aspectos como el pago de dividendos y la distribución de activos en caso de quiebra de la empresa.
Por último, las acciones de Crecimiento son más especulativas y ofrecen la posibilidad de mayores ganancias, pero también conllevan mayores riesgos.
Ejemplos de estas acciones incluyen aquellas de empresas petroleras y de biotecnología.
Aunque pueden generar altos retornos, también existe la posibilidad de pérdidas significativas debido a su naturaleza más volátil y su susceptibilidad a la sobrevaloración y fluctuaciones extremas en el mercado.
¡Anímate a comenzar a invertir hoy mismo y buena suerte!
Diego Matianich