Un poco de cordura en un mercado irracional
Un mercado irracional es más común de lo que uno cree.
Los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu solvencia, decía John Maynard Keynes, uno de los economistas más importantes del mundo y un inversor muy exitoso.
En un mercado alcista tan prolongado (y potente), la mayoría de las acciones tienden a subir. El problema es que, en un momento determinado, las valoraciones de las compañías pierden sentido. Los inversores pagan un precio demasiado alto por un negocio que, en la realidad, no lo vale.
Ahí nace esa irracionalidad del mercado.
Hoy vamos a contarte por qué esta dinámica se está dando en la actualidad y qué deberíamos hacer para invertir nuestro dinero con la lógica de un inversor profesional.
El dólar se esfuma y nos obliga a invertir
La inflación está destruyendo el poder adquisitivo de las monedas. Hasta la moneda más segura del mundo, el dólar estadounidense, está perdiendo valor. Ayer te contamos cómo la inflación del 6,8% interanual en los Estados Unidos es la más alta desde 1982.
Para muchas personas, este dato no tiene relevancia en su economía personal. Se equivocan. Si tienes USD 1.000.000 en tu cuenta bancaria, al cabo de doce meses pierdes USD 68.000 de poder de compra. Tu capital se va destruyendo lentamente sin que te des cuenta.
Ese es el motivo por el cual los inversores siguen comprando activos en el mercado, pese a que las valoraciones de muchas compañías son exigentes. Tener los dólares estacionados en tu cuenta no te brinda ninguna seguridad. Por el contrario, estás condenando tus ahorros y dejando que la inflación te los licúe.
La diversificación no es la mejor opción
Lo más sensato bajo esta dinámica es armar una cartera diversificada de activos para protegernos de la inflación. No obstante, esa irracionalidad del mercado hace que invertir en un conjunto de acciones aleatorias no sea la mejor estrategia.
En momentos como este, apelar a la selectividad y a concentrar nuestra cartera en unas pocas acciones toma mayor relevancia. Warren Buffett, uno de los inversores más prestigiosos del mundo, dice que, al diversificar una cartera, el inversor está aumentando las posibilidades de equivocarse.
Si detectamos una compañía de calidad y estamos seguros de que nos permitirá obtener altos retornos en el futuro, no tiene sentido invertir en otra compañía de la cual no lo estamos.
Las ganancias reales son la clave
Cuando hay inflación y las valoraciones de las compañías son tan exigentes, las ganancias reales del mercado pueden llegar a ser negativas. Si tomamos las ganancias del S&P500, el índice que representa a las quinientas acciones más importantes de los Estados Unidos, estas son negativas cuando las ajustamos por inflación.
Las recompras mueven al mercado
Si las ganancias que generan las quinientas compañías más importantes de los Estados Unidos no compensan el precio que se está pagando por ellas, debería haber una razón que explique la continuidad del mercado alcista.
Lo cierto es que la recompra de acciones propias por parte de las compañías es el catalizador más poderoso para las acciones.
Para que tengas una idea, el 40% del rendimiento del S&P500 en los últimos diez años viene de los programas de recompras. Estos programas ayudan a “inflar” los precios sin generar riqueza real para la economía, lo que incrementa las valoraciones de las compañías.
Menos rendimientos en el futuro
Si contemplamos la métrica que mide el valor de mercado de las compañías con las ganancias (sin ajustar por inflación) del S&P500, llegamos a un múltiplo de 27 veces beneficios. Esto significa que, la rentabilidad del índice en los próximos diez años podría ser neutra y hasta negativa.
Fuente: @mark_ungewitter
Los inversores institucionales están vendiendo
Esta podría ser la razón que explica la venta masiva de acciones por parte de los inversores institucionales.
En lo que va de 2021 (hasta noviembre), las ventas de acciones por parte de los inversores institucionales alcanzaron unos USD 63.500 millones, lo que es un 50% más que las ventas de todo 2020. Dentro de las ventas, el sector tecnológico abarca USD 41.000 millones, el 63% de las operaciones.
Las tecnológicas en el ojo de la tormenta
El motivo principal por el cual los inversores institucionales estarían vendiendo acciones tecnológicas está vinculado con las valoraciones exigentes que tienen estas compañías.
Aun así, también suele haber motivos de índole personal e impositivo.
Satya Nadella, el director ejecutivo de Microsoft Corporation (MSFT), vendió la mitad de sus acciones durante noviembre. La propia compañía lanzó un comunicado explicando que la venta estuvo relacionada con la diversificación de sus inversiones.
Es posible que el impuesto a las ganancias de capital que exige el Gobierno estadounidense a aquellas personas con más de USD 250.000 de patrimonio haya influido en su decisión. El propio Elon Musk, el CEO de Tesla, Inc. (TSLA), hizo algo similar el mes pasado.
Más allá de lo que podamos interpretar, lo cierto es que, en un escenario de alta inflación, los inversores utilizan una tasa mayor de descuento para proyectar las ganancias de las empresas y la relación precio/ganancias (price earnings o PE) tiende a disminuir.
Y, como explicamos al principio, esa irracionalidad del mercado está relacionada con la fuerte liquidez que hay en el sistema. A medida que los bancos centrales retiren dinero del mercado, también disminuirá el apetito por estas acciones.
Elige tu propia aventura
Aunque creas que la diversificación de tus inversiones es la mejor estrategia para disminuir el riesgo, la elección de unas pocas acciones podría ser la mejor forma de administrar tu dinero en los próximos años.
Benjamin Graham, el mentor de Warren Buffett, decía que no basta con invertir en buenos negocios. Como inversores, debemos comprar estas compañías cuando el margen de seguridad que nos proporcionan es alto. Es decir, cuando el precio de mercado está por debajo del valor intrínseco.
Como el cálculo del valor intrínseco no es sencillo y siempre existe el problema de la subjetividad, Graham nos da dos consejos para evitar los errores lógicos de cálculo y para valorar de una manera distinta las empresas en crecimiento con respecto a las empresas de valor.
- A la hora de invertir en compañías de valor ―aquellas compañías defensivas, con negocios consolidados e ingresos estables―, debemos hacerlo cuando sus acciones están infravaloradas.
- Si vamos a invertir en compañías de crecimiento, dado que suele ser más difícil predecir los beneficios futuros que estas generarán, debemos aspirar a pagar precios justos o razonables.
Recuerda que, al final, gana lo simple.
Diego Matianich