¿La mejor inversión o el peor de los errores?
Hoy quiero compartir contigo la inspiradora historia de Mohnish Pabrai, un destacado gestor de fondos de cobertura cuya estrategia de inversión se basa en las sólidas ideas de Warren Buffett.
Su trayectoria es impresionante, demostrando una habilidad notable para generar rendimientos consistentes a lo largo del tiempo.
Pabrai logró un rendimiento anual promedio (CAGR) del 26% durante un período de 14 años, superando constantemente al mercado.
Su éxito radica en su agudeza para identificar oportunidades subvaloradas y la paciencia necesaria para esperar a que el mercado reconozca su verdadero valor.
Una de las cualidades más destacables de Pabrai es su habilidad para comunicar conceptos complejos de manera sencilla y accesible.
Su emblemática frase, “En los negocios, no necesitas ser un genio; lo más importante es no ser un idiota”, encapsula su enfoque en evitar errores costosos y seguir una estrategia de inversión disciplinada.
Sin embargo, en los últimos diez años, su trayectoria experimentó ciertas dificultades.
Pabrai concentró gran parte de su cartera de inversiones en una sola compañía: Micron Technology, Inc. (MU), un destacado fabricante de productos de memoria y almacenamiento.
Si bien Pabrai creía en el potencial de crecimiento de Micron debido a las tendencias tecnológicas emergentes, como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y los vehículos autónomos, el rendimiento de Micron tuvo un impacto negativo en el desempeño de su cartera en los últimos años.
La tasa de crecimiento anual compuesta de su portafolio fue del -17,5% en los últimos 5 años y del -11,99% en los últimos 10 años, en comparación con la tasa de crecimiento anual compuesta del 12,5% de las 500 compañías más importantes de los Estados Unidos en el mismo período.
A pesar de su análisis exhaustivo y su visión a largo plazo, la inestabilidad de Micron como compañía plantea preocupaciones importantes para la inversión a largo plazo.
La dificultad para valorar el negocio se evidencia al examinar el comportamiento de los beneficios de la compañía en este período, lo que aumenta la incertidumbre sobre el futuro, algo que los inversores suelen evitar.
Además del bajo rendimiento de esta inversión, la concentración tan elevada de capital en ella fue un factor determinante.
Pabrai ha mencionado en varias ocasiones que invertir en una sola empresa es similar a volar en un avión con un solo motor.
Aunque creemos en las carteras concentradas, preferimos una diversificación más equilibrada para reducir el riesgo y maximizar el potencial de crecimiento a largo plazo.
Pabrai siempre subraya que la paciencia es una de las armas más poderosas de un inversor exitoso.
Solo el futuro determinará si tanta paciencia valió la pena o si fue una estrategia menos acertada que lo dejó por debajo de los rendimientos del mercado.
Seguiremos manteniendo la mente abierta y estaremos dispuestos a reconsiderar nuestra opinión si fuera necesario.
Diego Matianich