Estrategia 60/40: riesgo controlado, rendimiento sólido

La diversificación es un concepto fundamental en el mundo de las inversiones, ya que nos permite minimizar riesgos al no concentrar todos nuestros recursos en una sola opción.

Para lograr una diversificación efectiva, existen diferentes estrategias que nos ayudan a encontrar el equilibrio adecuado entre el rendimiento deseado y el riesgo asumido.

Una estrategia de inversión clásica es el portafolio 60/40, que consiste en asignar el 60% de las inversiones a acciones y el 40% a renta fija, como bonos o fondos de inversión de bajo riesgo.

Esta combinación busca aprovechar las oportunidades de crecimiento y rendimiento de las acciones, al tiempo que se reduce parte del riesgo mediante la inclusión de activos más estables, como los bonos.

Al invertir en diferentes clases de activos, podemos reducir el impacto de la volatilidad y los riesgos asociados con cada tipo de inversión.

Históricamente, el portafolio 60/40 demostró ser una estrategia sólida y equilibrada.

Según datos históricos, las acciones suelen proporcionar un rendimiento anualizado cercano al 10% a largo plazo, mientras que los bonos generan alrededor del 5%.

Fuente:Russell Investments

Al combinar ambos, se puede obtener un rendimiento más estable y potencialmente obtener ganancias a largo plazo.

La estrategia de diversificación mediante el portafolio 60/40 fue introducida por Harry Markowitz en 1952, en su disertación sobre la teoría moderna de la cartera.

Esta idea revolucionaria cambió la forma en que tanto los inversores individuales como las instituciones invierten su dinero.

Markowitz demostró que el desempeño de un valor individual es menos relevante en una cartera diversificada.

Los inversores pueden reducir el riesgo al invertir en una combinación de instrumentos financieros que difieren en clases de activos, capitalización, industrias, geografías y perfiles de rendimiento.

A lo largo de los años, se comprobó que su teoría era correcta, ya que una cartera 60/40 brinda un viaje más suave para los inversores en comparación con una cartera confeccionada sólo con acciones.

La renta fija, como los bonos, suelen ser una opción estable y diversificada frente a las fluctuaciones del mercado de renta variable.

En los últimos 50 años, una cartera equilibrada de 60% acciones estadounidenses y 40% bonos soberanos del mismo país, habría tenido una rentabilidad anualizada del 9,6% con una desviación estándar (variación de la inversión con respecto a su valor medio) del 11,3%.

En comparación, una cartera compuesta únicamente por renta fija habría tenido una rentabilidad más baja con un riesgo menor, mientras que una cartera compuesta únicamente por acciones habría tenido una rentabilidad ligeramente superior pero un riesgo sustancialmente mayor.

Sin embargo, es importante destacar que, en ocasiones excepcionales, como en 2022, tanto las acciones como los bonos registraron rendimientos negativos, lo cual es poco común.

Fuente: Russell Investments

Existe una variedad de enfoques para gestionar el riesgo en las carteras de inversión, y la estrategia de diversificación a través del portafolio 60/40 podría ser una de las más atractivas en este momento.

Diego Matianich