Bancos centrales: un cambio de paradigma
A los bancos centrales se les acabaron las excusas.
A pesar de la amenaza global de la variante ómicron, el mundo entendió que tomar restricciones tan duras tiene un costo muy alto para sus economías.
Además, las consecuencias de los estímulos fiscales y de las políticas monetarias laxas de los bancos centrales despertaron un fantasma que no se veía desde hace tiempo en gran parte del mundo: la inflación.
El gran desafío que queda por resolver en el mundo es volver a transitar en un camino de equilibrio. Para ello, es necesario que los bancos centrales vayan retirando liquidez del mercado y fortalezcan el valor del dinero con la recomposición de la tasa de interés.
Esta semana tendremos señales concretas de lo que podría pasar en los próximos meses y es menester estar atentos a estas definiciones. Cuatro de los bancos centrales más importantes del mundo definirán los pasos que seguir en sus últimas reuniones de fin de año.
El miércoles hablará la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), el jueves el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE), y el viernes, el Banco Central de Japón (BoJ).
Fuente: Bloomberg
La Fed con el pie en el acelerador
Wall Street espera con ansias las definiciones de la Fed en las próximas minutas. Entre el martes y el miércoles, los funcionarios debatirán acerca de una posible aceleración del tapering, el proceso por el cual un banco central retira liquidez del mercado.
Hasta el momento, la reducción de compras de deuda es leve: USD 15.000 millones mensuales, con el objetivo de terminar con la inyección de liquidez a mediados de 2022.
No obstante, la decisión tomada en noviembre contemplaba la idea de que la inflación tendería a caer hacia fin de año. Jerome Powell, el presidente de la Fed, ya reconoció que la inflación está siendo más alta de lo esperado.
Por lo tanto, podríamos esperar que la Fed decida aumentar el ritmo del tapering y proyectar varias subas de los tipos de interés en 2022.
Fuente: CME Group
Será la letra fina lo que definirá el impacto en el mercado.
Europa e Inglaterra por el mismo sendero
¡Vaya momento para dividirse!
Luego de cuatro años de espera, en febrero de 2020, el Reino Unido (UK) logró desprenderse de la Unión Europea (UE). Un momento histórico, no solo porque la pandemia ya asomaba en la región, sino también porque implicaría un gran desafío para coordinar la independencia del sistema de decisiones.
Más allá de los roces que persisten entre ambos bloques, hay algo que en la actualidad los une: la necesidad de luchar contra la inflación.
El rebrote de contagios por la variante ómicron en el Reino Unido podría hacer que el Banco de Inglaterra (BoE) mantenga su política de bajas tasas de interés por algún tiempo, pese a tener la inflación más alta de la última década.
Fuente: BoE
El Banco Central Europeo (BCE), por su parte, deberá definir si el impacto de las nuevas restricciones (para combatir el rebrote de ómicron) no modificará las proyecciones de crecimiento de la eurozona. Desde este punto de vista, podría continuar con la idea de finalizar sus planes de estímulos en marzo del próximo año.
Fuente: BCE
Japón podría patear el tablero
A diferencia de Europa y Estados Unidos, el Banco de Japón (BoJ) es más reacio a retirar los estímulos de la economía asiática. La inflación en dicha región no es un problema menor, ya que los precios mayoristas crecieron un 9% interanual en noviembre.
Sin embargo, el BoJ ha reafirmado la voluntad de continuar con los programas de estímulos para apuntalar la economía. Aquí la inflación (y el freno en la actividad) está ligada con el encarecimiento de las materias primas y de la energía.
Será importante determinar si continuará por el mismo sendero.
Fuente: BoJ
A prepararse, la volatilidad podría trepar en los próximos días.
Eso fue todo por hoy,
Por buenas inversiones
Diego Matianich