Berkshire Hathaway ha sido sinónimo de Warren Buffett durante décadas, pero la empresa debe seguir adelante sin él. Con un balance sólido, inversiones estratégicas y un nuevo liderazgo, el desafío será mantener su legado en un mercado en constante cambio. ¿Podrá Berkshire seguir creciendo sin su histórico líder?
Berkshire Hathaway no siempre fue el gigante que es hoy.
En sus orígenes, era una empresa textil con sede en Nueva Inglaterra.
Su negocio estaba en declive cuando Warren Buffett comenzó a comprar acciones en la década de 1960.
Su intención inicial era hacer una operación de arbitraje, pero terminó tomando el control.
Con el tiempo, abandonó el negocio textil y convirtió a Berkshire en un holding de inversiones.
El cambio de rumbo comenzó con la compra de National Indemnity, su primera aseguradora.
Fue una decisión clave.
El negocio de seguros no solo generaba ingresos, sino que daba acceso a enormes cantidades de efectivo a través de las primas cobradas.
Esto le permitió invertir sin depender de financiamiento externo.
Con esa base, construyó un portafolio que incluye algunas de las mejores empresas del mundo.
Su apuesta por Coca-Cola en los años 80, cuando la empresa estaba infravalorada, terminó convirtiéndose en una de sus mejores inversiones.
En los 90, compró una gran participación en American Express, aprovechando una crisis de reputación que la había hecho caer en bolsa.
Más recientemente, su inversión en Apple ha sido un acierto rotundo, convirtiéndose en el activo más valioso de su portafolio.
Estos movimientos reflejan su filosofía: comprar empresas sólidas a precios razonables y dejarlas crecer con el tiempo.
La filosofía de Buffett siempre fue clara: invertir en negocios sólidos, con ventajas competitivas duraderas y liderados por gente capaz.
A lo largo de las décadas, mantuvo un enfoque disciplinado, evitando la especulación y priorizando la creación de valor a largo plazo.
Las decisiones de inversión de Buffett han sido clave en la transformación de Berkshire.
Bajo su liderazgo, Berkshire Hathaway pasó de ser una empresa textil fallida a uno de los conglomerados más rentables del mundo.
Hoy, la compañía sigue fiel a esa visión.
Su modelo de negocios se apoya en la fortaleza de sus aseguradoras, sus inversiones en empresas icónicas y una gestión de capital excepcional.
Sus resultados anuales reflejan esa estrategia.
Desde que Buffett tomó el control, el precio de la acción de Berkshire Hathaway ha crecido de manera exponencial.
En 1965, una acción de clase A valía alrededor de 19 dólares.
Hoy, supera los 740.000 dólares.
En términos anuales, esto representa un rendimiento compuesto del 19,9%, duplicando el retorno del S&P 500 en el mismo período.
A lo largo de la historia ha habido inversores que han superado el índice en determinados momentos, pero ninguno ha logrado hacerlo de manera tan consistente a lo largo del tiempo.
Esta evolución refleja el impacto de la gestión de Buffett y su capacidad para asignar capital de manera eficiente.

El 2024 no fue la excepción.
Berkshire Hathaway presentó los resultados del cuarto trimestre y del ejercicio fiscal 2024.
Los beneficios operativos alcanzaron los USD 47.437 millones en el año, lo que representa un crecimiento del 27% interanual.

En el cuarto trimestre, el incremento fue aún más significativo, con un aumento del 71% respecto al mismo período del año anterior.
Vale destacar que el beneficio neto no es el mejor indicador para evaluar el desempeño de la compañía.
Debido a las normas contables vigentes, Berkshire debe reflejar en sus estados financieros la variación en el valor de mercado de sus inversiones, lo que introduce una gran volatilidad y distorsiona la verdadera rentabilidad del negocio.
El principal motor de este crecimiento ha sido su negocio asegurador.
Desde que Todd Combs asumió la dirección de GEICO, la rentabilidad de esta división se ha fortalecido de manera notable.

Además, el segmento energético de Berkshire también mostró una mejora considerable, contribuyendo al incremento de los beneficios operativos.
Por otro lado, la compañía mantiene un nivel de liquidez sin precedentes, con más de USD 330.000 millones en caja, un récord absoluto.
Excluyendo el dinero depositado en bancos, casi la totalidad de estos fondos está invertida en Letras del Tesoro de Estados Unidos a corto plazo, incluso después de haber pagado más de USD 26.000 millones en impuestos.

Para ponerlo en perspectiva, Berkshire aportó el equivalente al 5% de todos los impuestos corporativos recaudados en Estados Unidos, una cifra que refleja su enorme escala dentro del mercado.
En cuanto a la política de recompras, la compañía adquirió acciones propias por un total de USD 2.900 millones en 2024, un monto considerablemente menor en comparación con los USD 9.100 millones que destinó a recompras en 2023.
Buffett fue claro al respecto, afirmando que solo recomprarán acciones cuando coticen por debajo de su valor razonable.

Esto sugiere que, desde su perspectiva, Berkshire no se encuentra en un nivel de precio atractivo en este momento ni ve oportunidades significativas en el mercado, lo que explica su preferencia por mantener la mayor parte del efectivo en Letras del Tesoro.
En su carta a los accionistas, Buffett dejó en claro que la sucesión está próxima a concretarse, con Greg Abel asumiendo el rol de director ejecutivo en el corto plazo.
También destacó que Berkshire continúa aumentando su participación en cinco compañías japonesas que, según sus estimaciones, le generarán más de USD 800 millones en dividendos durante 2025.

Además, reafirmó la postura histórica de la empresa respecto al pago de dividendos, explicando que priorizan la reinversión de las ganancias para potenciar los ingresos operativos.
En 60 años, Berkshire solo ha distribuido un dividendo, lo que, según Buffett, ha sido una de las claves del éxito de la compañía.
Sin embargo, Buffett reconoce que el tamaño de la empresa ha crecido hasta un punto en el que será difícil sostener rendimientos anuales superiores al 12% en los próximos años.
También hace hincapié en la importancia de mantener un alto nivel de liquidez en activos estables, especialmente debido a la naturaleza del negocio asegurador y las posibles contingencias del mercado.
Berkshire Hathaway es un caso único en la historia de los mercados.
No solo por sus rendimientos extraordinarios, sino por la forma en que los ha conseguido.
Mientras muchos buscan atajos o persiguen modas, Buffett ha demostrado que la paciencia, la disciplina y la reinversión del capital pueden generar un crecimiento sostenido durante décadas.
Su modelo de negocios, basado en seguros, inversiones estratégicas y una gestión prudente del efectivo, ha convertido a la compañía en un gigante difícil de igualar.
Sin embargo, el tamaño actual de Berkshire plantea nuevos desafíos.
Es poco probable que pueda replicar los retornos del pasado.
Buffett mismo reconoce que los próximos años estarán marcados por un crecimiento más moderado.
Aun así, la fortaleza del balance, la calidad de sus negocios y la continuidad en su liderazgo le aseguran una base sólida para el futuro.
La gran pregunta es qué rumbo tomará Berkshire sin Buffett al frente.
El pasado 18 de febrero hablamos sobre los últimos movimientos de Berkshire en el cuarto trimestre y su postura cautelosa.
Puedes revisarlo aquí.

Greg Abel tiene el desafío de mantener la esencia de la compañía en un contexto de cambios constantes en los mercados.
La clave seguirá siendo la asignación de capital.
Con más de 330.000 millones de dólares en efectivo, el margen de maniobra es enorme.
La diferencia entre una inversión acertada y una decisión conservadora puede definir el desempeño de la empresa en la próxima década.
A pesar de estas incertidumbres, Berkshire sigue siendo un ejemplo de cómo una estrategia clara, ejecutada con paciencia y rigor, puede superar al mercado en el largo plazo.
Su historia demuestra que la inversión no es cuestión de golpes de suerte, sino de tomar buenas decisiones y dejar que el tiempo haga su trabajo.
Puedes elegir tu propia aventura, pero recuerda: al final, gana lo simple.
Diego Matianich