Conoce a tu enemigo: el sesgo cognitivo
A la hora de tomar decisiones para invertir, lo más importante es que lo hagas con cabeza fría, que puedas realmente evaluar las opciones y tomes la mejor decisión posible. Esto solo es posible cuando trabajas con la parte lógica y consciente de tu cerebro.
El desarrollo de los sesgos cognitivos constituye la piedra angular y la contribución más significativa de la economía conductual.
La economía conductual, también conocida como economía del comportamiento, se dedica a entender de qué manera el comportamiento psicológico influye en las decisiones financieras y por qué tomamos ciertas elecciones económicas basadas en nuestras emociones, así como las consecuencias de estas decisiones.
Estos sesgos cognitivos nos llevan a cometer errores de manera reiterada al invertir y administrar nuestras finanzas.
Por tanto, es crucial que adquieras un conocimiento exhaustivo al respecto.
Uno de los precursores de la economía conductual es el psicólogo israelí Daniel Kahneman.
En su obra “Pensar rápido, pensar despacio”, Kahneman explica cómo la mente opera en dos modalidades, a las que denomina “Sistema 1” y “Sistema 2”.
El Sistema 1 es rápido, automático, intuitivo, emocional e inconsciente. No requiere esfuerzo y está siempre activo.
Por ejemplo, al calcular 2×2 o reconocer un rostro, el Sistema 1 proporciona una respuesta instantánea.
No obstante, si la operación matemática fuese 157×49 o encontrar las 8 diferencias entre dos imágenes casi idénticas, el Sistema 1 traslada la tarea al Sistema 2.
Este último es analítico, racional, lógico y opera de manera consciente, aunque requiere esfuerzo.
Kahneman señala que el Sistema 2 también puede no ser capaz de encontrar una solución adecuada.
Puede que no dispongamos del tiempo suficiente para pensar, que la tarea sea demasiado compleja o que el Sistema 1 se adelante con una respuesta intuitiva pero imprecisa.
En tales situaciones, el Sistema 1 ofrece un atajo, proporcionando respuestas intuitivas y muchas veces incorrectas.
En 2005, el psicólogo James Frederick publicó un artículo sobre un estudio que realizó, consistente en un cuestionario de preguntas particulares cuyas respuestas fueron analizadas.
Una de estas preguntas fue la siguiente:
“Si cinco máquinas necesitan cinco minutos para fabricar cinco productos, ¿cuánto tiempo necesitarían cien máquinas para fabricar cien productos?
Este estudio demostró cómo en muchas ocasiones el Sistema 1 se adelanta, ofreciendo respuestas rápidas e intuitivas pero equivocadas a preguntas complejas.
Es posible que, si intentáramos responder rápidamente a esa pregunta, la primera solución que nos vendría a la mente sería 100 minutos.
Sin embargo, al reflexionar detenidamente sobre la cuestión, resulta evidente que esta respuesta es incorrecta.
Dichas cien máquinas solo necesitarían cinco minutos para producir esos cien productos.
El propósito de este estudio fue evaluar la tendencia y habilidad de las personas para obviar las respuestas automáticas e intuitivas proporcionadas por el Sistema 1 y activar el Sistema 2 para encontrar las respuestas correctas.
En última instancia, esta desincronización entre los dos sistemas es la causa de nuestros errores constantes al tomar decisiones.
Estas situaciones suelen presentarse principalmente en contextos de incertidumbre sobre el futuro, en presencia de un alto componente emocional o cuando nos enfrentamos a tareas complejas.
Kahneman y otros expertos han denominado a estas discrepancias entre ambos sistemas de nuestro cerebro “Sesgos cognitivos”.
Dedicaron una parte considerable de sus carreras a estudiarlos en profundidad, y una de sus aplicaciones más destacadas se encuentra en el ámbito de las inversiones, dado que los sesgos cognitivos nos predisponen a cometer errores sistemáticos al invertir y administrar nuestras finanzas.
Diego Matianich